Fahrenheit 451, Ray Bradbury

Editorial Debolsillo

192 páginas, 7'95€

Fahrenheit 451: la temperatura a la que el papel se enciende y arde. Guy Montag es un bombero y el trabajo de un bombero es quemar libros, que están prohibidos porque son causa de discordia y sufrimiento.El Sabueso Mecánico del Departamento de Incendios, armado con una letal inyección hipodérmica, escoltado por helicópteros, está preparado para rastrear a los disidentes que aún conservan y leen libros. Como 1984, de George Orwell, como Un mundo feliz, de Aldous Huxley, Fahrenheit 451 describe una civilización occidental esclavizada por los medios, los tranquilizantes y el conformismo.La visión de Bradbury es asombrosamente profética: pantallas de televisión que ocupan paredes y exhiben folletines interactivos; avenidas donde los coches corren a 150 kilómetros por hora persiguiendo a peatones; una población que no escucha otra cosa que una insípida corriente de música y noticias transmitidas por unos diminutos auriculares insertados en las orejas.

A una parte de mí siempre le da pereza leer clásicos, ya que aunque la gran mayoría que he leído me han gustado y tengo un buen recuerdo de ellos, su lectura siempre se me hace un poco más densa que cualquier novela contemporánea. Sin embargo, con Fahrenheit 451 no he tenido esta sensación, ya que me ha parecido una lectura bastante ligera y con un lenguaje nada recargado.

Normalmente siempre prefiero empezar a leer los libros sin saber mucho de ellos, pero en el caso de esta novela creo que es conveniente que el lector conozca un poco la sinopsis, ya que creo que al principio puede resultar algo confuso porque el autor no hace una introducción de la nueva sociedad que crea, sino que lo va explicando poco a poco.

Hace muchísimo tiempo vi cómo iban las cosas. No dije nada Soy uno de los inocentes que podría haber levantado la voz cuando nadie estaba dispuesto a escuchar a los "culpables", pero no hablé y de este modo me convertí, a mi vez, en culpable.

Bradbury nos introduce en una sociedad en la que los libros están prohibidos, ya que pueden ser un arma poderosa para aquellos que se atreven a leerlos y a saber más cosas de las que al gobierno le interesa. 

En esta historia conoceremos a Montag, uno de los bomberos que se encarga de buscar y prender fuego a los libros que aún quedan por el mundo. Pero Montag empieza a sentir curiosidad por lo que se esconde tras esas hojas de papel y deja de cumplir alguna de las normas.

Fahrenheit 451 es una de las distopías clásicas que nos enseña la importancia de no conformarnos con aquello que nos imponen y revelarnos ante la represión. Al igual que comenté cuando leí 1984, creo que podemos encontrar muchas coincidencias con la situación de la sociedad actual y podemos aprender mucho de esta lectura.