Si decido quedarme, Gayle Forman

Editorial Salamandra

192 páginas, 6€

Mía tiene diecisiete años, un hermano pequeño de ocho, un padre músico y el don de tocar el chelo como los ángeles. Muy pronto se examinará para entrar en la prestigiosa escuela Julliard, en Nueva York, y, si la admiten, deberá dejarlo todo: su ciudad, su familia, su novio y sus amigas. Aunque el chelo es su pasión, la decisión la inquieta desde hace semanas.

Una mañana de febrero, la ciudad se levanta con un manto de nieve y las escuelas cierran. La joven y su familia aprovechan el asueto inesperado para salir de excursión en coche. Es un día perfecto, están relajados, escuchando música y charlando. Pero en un instante todo cambia. Un terrible accidente deja a Mía malherida en la cama de un hospital. Mientras su cuerpo se debate entre la vida y la muerte, la joven ha de elegir si desea seguir adelante. Y esa decisión es lo único que importa.

Cuando termino un libro que he disfrutado mucho adoro poder ponerme a escribir párrafos y párrafos sobre él para transmitiros todas las cosas buenas que me he aportado, pero esta vez no es uno de estos casos y se me hace complicado hablaros de esta novela, ya que hacía tiempo que un libro no me producía tantos sentimientos encontrados.

Como podréis suponer por la puntuación que le he dado, es un libro que no ha acabado de ser de mi agrado. A pesar de tener unas críticas que lo dejan por las nubes no lo cogí con las expectativas demasiado altas, aunque la verdad es que sí esperaba que fuera una lectura conmovedora y rápida para pasar una tarde, pero al final se me hizo bastante cuesta arriba y la terminé por pura cabezonería. 

El verdadero problema que tengo con este libro es que no sé qué ha sido exactamente lo que no me ha gustado de él. Tanto la historia como los personajes no me han desagradado, pero cuando lo leía sentía un aburrimiento terrible. Puede que el problema sea la forma en que está escrito, que abusa de los flashbacks y resulta repetitivo. La cuestión es que a pesar de tener menos de 200 páginas se me ha hecho pesado y soporífero. De hecho, como ya os comentaba antes, no lo dejé a medias porque soy muy cabezota y siempre quiero terminar los libros con la esperanza de que finalmente mejoren, pero por desgracia tampoco ha sido el caso.

Así que nada, ya veis que es un libro que no me ha dejado buen sabor de boca. Quizá si hubiera estado escrito de otra forma me hubiera gustado más pero me ponía a leerlo y me entraba un sueño horrible fuese la hora que fuese. Evidentemente, al terminarlo descarté totalmente la idea de leer su segunda parte, pero ya me han comentado algunas personas que no tiene nada que ver y que mejora muchísimo, así que quizá cuando pase un tiempo le de una oportunidad a su continuación.