Cuentos de terror desde la boca del túnel, Chris Priestley

Editorial SM

280 páginas, 14'50€

Este es el primer viaje en tren que Robert Harper hace solo. Pero no será un viaje tranquilo: el convoy se detiene junto a la boca de un túnel y, para pasar el rato, una compañera de vagón se dedica a contarle historias. Sin embargo, no son la clase de historias que suelen contárseles a los niños. Robert no tarda en quedar fascinado por los macabros relatos de la misteriosa mujer. Para el joven será realmente aterrador verse en un tren detenido en medio de la oscuridad, rodeado de inquietantes compañeros de viaje.

Robert tiene que coger un tren solo por primera vez en su vida y, a pesar de que su madrastra ha tenido una especie de premonición que le avisa del peligro que supondrá este viaje, Robert decide subir al convoy pensando que ese presentimiento ha sido una tontería y que ese viaje no supondrá ningún peligro para él.

Pero el tren se detiene de repente en la boca de un túnel y en su compartimento sólo están despiertos Robert y una extraña muchacha que no para de contarle historias de terror, a pesar de que a Robert no le apetece demasiado escucharlas.

El libro consta de 11 capítulos. El primero y el último son el inicio y el desenlace de la historia principal, pero durante el resto de los capítulos conocemos los cuentos de terror que la chica del tren le cuenta a Robert.

Los cuentos no tienen ninguna relación entre ellos, pero cada vez que la joven termina de narrar uno de los cuentos vemos lo que está sucediendo en tren, y vemos que están pasando cosas que no son normales, como por ejemplo que el resto de pasajeros ha entrado en un sueño muy profundo y Robert también está empezando a sentir cosas extrañas...

Como en cualquier libro de este tipo, no todos los cuentos me han gustado por igual. Ha habido unos que me han parecido más flojos, pero otros son muy inquietantes e incluso hubo alguno que me dio un poco de mal rollito al leerlo de noche... Pero todos tienen en común esa atmósfera tan oscura y están ambientados en la época victoriana, cosa que en mi opinión hace que tengan un encanto especial.

También debo destacar que este libro tiene una edición preciosa y muy cuidada. Es de tapa dura con sobrecubierta y, como veis en las fotos anteriores, la ilustración es diferente. Además tiene detalles que a mí me encanta encontrar, como el grabado en las solapas formando dibujos, los inicios de capítulo, la pequeña ilustración debajo de la numeración de página y una ilustración a página completa en cada capítulo que tiene relación con el cuento de terror que está narrando.

En definitiva, es un libro que me ha parecido muy entretenido. En mi opinión, no es para leerlo del tirón, ya que creo que es mejor leer uno o dos capítulos cada noche para no mezclar las historias. Yo lo recomendaría para niños a partir de 11 o 12 años, pues las historias tienen un toque macabro y oscuro que puede dejar sin dormir a niños de menor edad. 

Gracias a SM por el ejemplar