El Sr. Penumbra y su librería 24 horas abierta, Robin Sloan

Editorial Roca

272 páginas, 15'90€

La crisis económica obliga a Clay Jannon a dejar atrás su vida como diseñador de páginas web en San Francisco y las casualidades, la curiosidad más absoluta y la habilidad de subir escaleras como si fuera un mono le llevan a empezar su nuevo trabajo en la librería permanentemente abierta del señor Penumbra. Después de unos días trabajando, Clay se da cuenta de que la librería es un lugar mucho más extravagante de lo que su nombre indica. Solo hay unos cuantos clientes, pero van continuamente y nunca compran nada. Lo que hacen es llevarse libros prestados, ejemplares misteriosos que se encuentran en los lugares más recónditos de la librería, todo de acuerdo a un trato especial que mantienen con Penumbra. Clay concluye que la tienda no es más que una tapadera para otro negocio y su curiosidad pronto le lleva a ponerse a analizar el complejo comportamiento de los clientes y a arrastrar a sus amigos para que le ayuden a descubrir qué es lo que realmente pasa en la librería. Sin embargo, cuando le llevan sus descubrimientos al Sr. Penumbra, acaban por descubrir que los secretos se extienden mucho más allá de las paredes de la librería...

Creo que a todos los amantes de los libros nos encanta leer novelas que tengan algo que ver con los libros en sí, por ese motivo, cuando vi el título de esta novela por primera vez me dije: ¿qué es esto? ¿una librería 24 horas abierta? ¡YO QUIERO! 

Me da un poco de pena reconocer que, aunque tenía muchas esperanzas puestas en este libro, me he llevado una pequeña decepción... 

En mi opinión, al principio empieza bastante bien e introduce la historia de una forma muy interesante. La librería del señor Penumbra se presenta de tal forma que cualquiera de nosotros querría adentrarse en sus pasillos con estantes llenos de libros hasta el techo.

Y bueno, la historia va avanzando bien, conocemos a unos personajes con los que es fácil simpatizar y empiezan a surgir una serie de preguntas alrededor de la librería: ¿quién son esos clientes tan raros que entran en la librería a altas horas de la madrugada? ¿cómo se puede mantener este negocio si apenas se venden libros? 

Pero la verdad es que hacia la mitad del libro empecé a aburrirme. La razón principal ha sido el abuso tecnológico que empieza a haber, ya que para una negada de la tecnología como yo había bastantes párrafos que sobraban. 

Se pierde totalmente ese ambiente tan encantador que se crea durante los primeros capítulos de la novela y pasa a ser una novela de aventuras con poca chicha y con unos personajes a los que les falta profundidad.

En fin, que perdí el interés por seguir leyendo y al final terminé el libro por esa obsesión mía de no dejar libros a medias por si el final es épico y da un giro que te hace cambiar de opinión, pero tampoco se dio el caso.

Pero bueno, reconozco que le cogí cariño al señor Penumbra y a su encantadora librería de viejo y me hubiera gustado que el rumbo no se hubiera torcido de esa manera... aun así, tampoco os voy a decir que no leáis el libro, ya que quizá a vosotros sí que os guste.