La llaman la «tormenta del siglo» y se estima que será devastadora. Los habitantes de la isla de Little Tall ya han sido testigos de las violentas tormentas que azotan Maine, pero esta es distinta. No solo trae consigo vientos huracanados y copiosas nevadas, sino también algo mucho peor. Algo que ni siquiera los isleños han visto jamás. Algo que nadie quiere ver... Todo se origina con la brutal muerte de un anciano y con la implacable exigencia del asesino: «Si me dais lo que quiero, me marcharé».
La tormenta del siglo fue una idea que Stephen King tuvo para una mini serie de televisión que se emitió en EEUU en el año 1999.
La historia se ambienta en Little Tall, una pequeña isla de Maine (¿cómo no?). En esta isla todo el mundo se conoce, todo el mundo lo sabe todo sobre los demás, no hay secreto que pueda esconderse... o al menos eso creen hasta el día de la gran tormenta de nieve.
Todo empieza con un asesinato la mar de macabro. Un incidente que sobresalta a todo el mundo de la isla, puesto que es un lugar en el que nunca pasa nada... Como bien se explica en el libro, la última tragedia fue el asesinato del marido de Dolores Claiborne (y aquí King nos regala un guiño mencionando a uno de sus libros que más me gustaron).
Y justo cuando se descubre ese asesinato es cuando empieza la gran tormenta de nieve, por la cual la isla se queda incomunicada, dejando a todos los isleños "encerrados" con ese asesino, que aunque esté entre rejas no significa que sea inofensivo...
Lo mejor y lo más original de este libro es cómo está escrito. Este autor siempre ha sido un genio para crear los perfiles de los personajes y para las descripciones pero el hecho de que esta historia fuera creada para televisión hace que el texto sea mucho más visual.
Acabamos viendo cada escena como King quiere que la veamos. Es decir, King indica en todo momento cómo quería que se moviera la cámara, si quería un primer plano de aquí o un enfoque por allá... su forma de describirlo hace que consigamos transmitirlo en nuestras mentes tal cual él quiere que lo veamos.
En definitiva, es un libro que merece la pena leer aunque no es de los mejores que he leído del autor, pero es una lectura que engancha y muy visual que recomiendo.