domingo, 18 de noviembre de 2018

Cómo volé sobre el nido del cuco, Sydney Bristow


Sello editorial Plaza y Janés
320 páginas, 16'90€


Mi verdadero nombre es Ana. Sydney es solo mi seudónimo. Antes de esto lo tenía todo: una familia maravillosa, una prometedora carrera de abogada, un novio perfecto...

Pero todo se truncó. Un día me encontré subida a un puente con la intención de tirarme. No lo pensé. Desde el otro lado de la barandilla le envié un mensaje a mi padre: «Ya he saltado». Y me dejé caer.

Sobreviví al golpe contra el asfalto. Me ingresaron 37 días en psiquiatría. Pensaréis que viví los peores días de mi vida, pero no fue así. Hubo risas, amistad, enfados, locuras (literalmente), ternura e incluso amor.

Durante esos 37 días escribí un diario, que ahora es este libro.


Hay un dicho muy conocido que dice que a veces hay que tocar fondo para poder salir a flote, y ese es el caso de lo que le sucede a la protagonista de este libro. 

Como habéis podido leer en la sinopsis este libro cuenta la historia real de su protagonista, una mujer que intentó suicidarse pero sobrevivió. Sydney fue ingresada durante 37 días en la planta de psiquiatría de un hospital, y en este libro nos cuenta lo que vivió allí.

¿Qué decir? He sentido mil cosas con este libro. Podría decir que es una historia dura, por supuesto, que me ha puesto un nudo en la garganta mil veces. Pero también ha sido uno de los libros con los que más me he reído en mi vida. Me sorprendía a mí misma riendo a carcajadas cuando leía esas conversaciones tan reales entre los pacientes o también con las ocurrencias de Sydney, que tiene un humor muy parecido al mío.

Es un libro complicado, lo sé. Quizá no todo el mundo pueda llegar a comprenderlo. Quizá la gente no pueda entender que un día Sydney quiera comerse el mundo y al día siguiente esté hundida. Pero si eres capaz de empatizar con la protagonista, esta lectura se convierte en una experiencia muy especial, en todos los sentidos. 

Conocer a los compañeros de planta de Sydney ha sido muy agridulce. Todos con sus peculiaridades, como cualquier persona, pero con historias realmente duras detrás... Y vuelves a ver la complejidad que hay detrás de la salud mental. No es como un pie roto o una herida, es algo muy abstracto y difícil de diagnosticar, y es una lástima que a día de hoy siga siendo tan tabú y no se le dé tanta importancia a nivel sanitario, porque todos acudimos al médico cuando nos torcemos un tobillo o cogemos una gripe, pero cuando estamos tristes o sentimos que no tenemos ganas de vivir es más probable que nos pasemos todo el día llorando en la cama a que acudamos a la consulta. Y una enfermedad mental no es una gripe, por supuesto, porque la gripe pasará pero es probable que lo otro te acompañe toda la vida y vaya a peor si no lo tratas.

De hecho, creo que este libro tiene un "final" totalmente acorde con la realidad. Básicamente, vemos que no todo se va a solucionar por ingresar unos días en un hospital psiquiátrico. 37 días de encierro, pastillas y terapias varias no van a hacer que salgas de rositas como si nunca hubiera pasado nada. Sydney aprende mucho, por supuesto, y no es la misma persona que ingresó en ese hospital después de esa experiencia, pero no todo es felicidad al salir. La vida sigue siendo una piscina de olas, la única diferencia está en aprender a no ahogarse en ella.

Una de las cosas que más me han impactado es que expresa muy bien la realidad de cómo es la atención en los hospitales. No ha estado nada edulcorada, y creo que es necesario que se sepa que el trato que reciben los pacientes en un hospital a veces es vergonzoso. Que se sepa y que se tomen medidas, porque para nadie es plato de buen gusto tener que estar viviendo en un hospital, ya sea por su salud física o mental, y con un poco de amabilidad todo se hace menos cuesta arriba.

Puede ser que este libro os guste más o os guste menos, pero de lo que estoy segura es de que os removerá muchos sentimientos y no os dejará indiferentes. 



jueves, 15 de noviembre de 2018

Frases para recordar: El juego de la memoria, Felicia Yap



La felicidad es un proceso. La infelicidad es un estado.


¿Acaso no son la creatividad y la locura dos caras de la misma moneda?


Si no te acuerdas del pasado estás destinado a repetir las mismas equivocaciones. Pero si te acuerdas, no cometerás tantas.


El cerebro que te acompaña a la cama cada noche nunca es el mismo que te despierta por la mañana.


Todo el mundo tiene secretos. Para ser más precisos, secretos de dos clases. Los que no cuentan a los demás y los que no se cuentan a sí mismos.


Pero la venganza se administra mejor por partes. 
El dolor se inflige mejor en pequeñas dosis.


A los que saben esperar terminan por llegarles cosas buenas.


Es curiosa la facilidad con la que el amor puede convertirse en odio. Es como tirar una moneda al aire. Cae de un lado o de otro. Cada o cruz. Odio o amor. No hay medias tintas.
Las pequeñas cosas cuentan. Las pequeñas ofensas cuentan.
Los putos recuerdos cuentan.
Durante un tiempo guardé de Mark más recuerdos buenos que malos. Ahora, en cambio, recuerdo más cosas malas que buenas. Y ese es el puto problema. Porque la suma total de recuerdos de pequeños gestos es lo que hace poderoso el amor. Y, a la inversa, la acumulación de recuerdos de pequeñas ofensas es lo que vuelve potente el odio.


Pero la proximidad con frecuencia es una ilusión, ¿verdad? Porque las cosas que tenemos más cerca a menudo son las más inalcanzables.
Como el amor, por ejemplo. O, ya puestos, la venganza.


Cuando el amor se convierte en odio, hasta el infierno se derrite.


Es curioso cómo se resisten algunas personas a admitir que son culpables. Incluso ante ellas mismas.


La lujuria te aleja, el amor te retiene.


Los dos nos quedamos, porque, en el fondo, queríamos hacerlo. Porque siempre nos ha unido el hilo delgado pero tenaz de la devoción mutua. A pesar del dolor que nos ha traído.

lunes, 12 de noviembre de 2018

BOOK HAUL #55

¡Hola, hola!

Hoy traigo el haul de libros de octubre y la verdad es que estoy un pelín avergonzada porque me he pasado tres pueblos... me estaba debatiendo si subirlo o no pero al final he decidido ser valiente y apechugar con mis errores de ansia viva.
Lo peor de todo es que cuando ya acabé de hacer la foto y recogí recordé que había hecho una visita a Reread, pero bueno, quizá hago una entrada especial para enseñar solo esos porque volver a sacar tantos libros no es una opción.


-Stranger fillings, The Muffin Brothers. Uno de los libros de recetas que compré para hacer postres de Halloween. Os los enseñé en esta entrada.
-The walking bread, Rick Grains. Igual que el anterior.
-El visitante, Stephen King. Muy necesario en mi estantería. Además, lo conseguí a mitad de precio.
-Cómo volé sobre el nido del cuco, Sydney Bristow. Un envío editorial y mi actual lectura. Me está gustando mucho pero también me está pareciendo duro.
-El secreto del faro, Jean E. Pendziwol. Otro envío editorial, tengo bastantes ganas de leerlo porque tiene unas reseñas estupendas. 
-The Rook, Daniel O'Malley. Uno de esos libros que compras en Amazon porque está tirado de precio.
-Rebecca, Daphne Du Maurier. Hacía tiempo que quería este libro y en esta edición en concreto, así que aproveché la oferta a 5 euros y pico.
-The Beloveds, Maureen Lindley. Otra oferta de un libro que no conocía pero captó mucho mi atención.
-Bella al desnudo, Rachel Bels. La autora puso una oferta en la web en la que sólo pagabas 1€ en concepto de gastos de envío y decidí que era una buena oportunidad para hacerme con él.
-Cured, Lol Tolhurst. Otro libro que me mandó la editorial y tengo mil ganas de leerlo porque soy muy fan de The Cure y me lo pienso leer con su música de fondo.
-La casa de los artistas, Aintzane Rodríguez. Lo compré en preventa y venía de regalo esa maravillosa taza que veis a la izquierda. Tiene muy buena pinta y tengo mil ganas de ponerme con él.
-Todo lo mejor, César Pérez Gellida. Otro libro al que le tengo unas ganas tremendas, va a ser de los próximos que empiece.
-Las mujeres en el castilllo, Jessica Shattuck. Le tengo ganas a este libro desde que salió, otro que espero leer muy pronto.
-El juego de la memoria, Felicia Yap. Un libro que me encantó y que ya tenéis reseñado en el blog (aquí).
-Tiempo extraño, Joe Hill. Este libro también lo conseguí a mitad de precio y se vino a casa junto con El visitante.



En fin, esta ha sido mi montaña de la vergüenza del mes de octubre.
¿Habéis leído alguno de ellos?
¿Cuál ha sido vuestro montón de la vergüenza?



sábado, 10 de noviembre de 2018

El juego de la memoria, Felicia Yap


Editorial Maeva
373 páginas, 20€

En la realidad de El juego de la memoria existen dos tipos de personas: los Uno, que pueden recordar solo un día, el de ayer euros y los Duo, que también recuerdan el día de antes de ayer y que, por lo tanto, pertenecen a la clase privilegiada. Claire y Mark Evans forman un matrimonio mixto, algo poco común. Claire, Uno, es ama de casa, y Mark, Duo, es un exitoso novelista que se prepara para lanzar su carrera política. Aparentemente son el ejemplo perfecto de la política de tolerancia e igualdad, hasta que en la orilla de un río aparece el cuerpo de una mujer. A partir de entonces, el enigmático detective Hans Richardson entra en sus vidas y empieza la investigación en un mundo en el que la memoria es muy frágil.

Hace ya unas semanas que leí este libro y la verdad es que he querido esperarme para hacer la reseña para ver si el entusiasmo que tenía cuando terminé el libro menguaba pero la verdad es que sigue igual, me acuerdo muchísimo de esta lectura por lo bien que me lo pasé leyéndola y no he dejado de recomendarla, pero bueno, ya con las ideas totalmente asentadas voy a hablaros un poco más de ella.

Soy muy muy fan del thriller, y aunque me gusta hacer lecturas variadas para no saturarme podría decir que es mi género favorito, pero lo que me llamó la atención de la novela fue la parte distópica que tiene. 

Hacía muchísimo tiempo que no leía una distopía y he de decir que al empezar la novela no me estaba convenciendo demasiado la forma que tiene la autora de explicarnos cómo funciona este mundo... básicamente no me encajaba nada y yo estaba un poco mosca, pero a medida que avanzaba con la lectura las explicaciones empezaban a tener mucho más sentido y a hilarse perfectamente.
Como podéis leer en la sinopsis, los personajes de este mundo tienen la peculiaridad de que sólo pueden recordar un día (los Uno) o dos días (los Duo). Lo que es realmente interesante es ver la gran distinción social entre los unos y los otros. Prácticamente los Uno son la escoria de la sociedad y los Duo los grandes prodigios, que pueden optar a buenos puestos de trabajo y sólo por el hecho de ser Duo están mejor vistos, aunque no tengan ningún mérito más.

En lo referente al thriller, debo decir que la autora nos da una gran pista en el prólogo. De hecho, si no lo hubiera escrito, seguramente me habría sorprendido mucho más. Igualmente he disfrutado mucho la tensión y el misterio, y el juego este de no saber si lo que te están contando los protagonistas es la realidad o información que ellos mismos han manipulado haciendo trampa a su memoria. 
La resolución me ha dejado con preguntas sin respuesta y ese es el motivo de que no le haya dado las 5 estrellas a la novela, pero la verdad es que como he disfrutado tantísimo el desarrollo tampoco le he dado mucha importancia, en mi balanza han pesado muchísimo más las cosas buenas que tiene el libro que el patinazo del final. Además, en su defensa también he de decir que había alguna cosita que no me esperaba para nada.

Otro punto estrella han sido sus grandiosos personajes. ¡Chapó!Todos tienen sus luces y sombras, son realmente humanos.
He sido muy fan de Sophia, el cuerpo de la venganza, una diosa maravillosa que nos hace disfrutar a  más no poder con su mente retorcida. Me he divertido muchísimo con ella y la adoro. Mark es un cabronazo pedante y ya se ve de qué pie cojea desde el principio, pero como os he dicho, si nos esforzamos un poco también podemos ver su parte de luz. Claire, otra que tal, que me dio lástima durante toda la novela pero tampoco se salva. Y por último, Hans es uno de los inspectores de policía más cracks que he "conocido" en mi vida. Me arrodillo ante su inteligencia y la forma de proteger sus secretos.

En definitiva, yo me lo he pasado genial leyendo este libro y no he parado de recomendarlo desde que lo terminé. Si os llama la atención el mundo que plantea la autora y os apetece conocer a unos personajes de miedo debéis leerlo, y espero que lo disfrutéis tantísimo como yo.



jueves, 8 de noviembre de 2018

La caja de botones de Gwendy, Stephen King y Richard Chizmar


Sello editorial Suma de letras
192 páginas, 14,90€

Existen tres vías para llegar a Castle View desde la ciudad de Castle Rock: por la carretera 117, por Pleasant Road y por las Escaleras de los Suicidios. Cada día del verano de 1974, Gwendy Peterson, de doce años de edad, toma el camino de las escaleras, que ascienden en zigzag por la ladera rocosa.

Pero un día, al llegar a lo alto, mientras recupera el aliento con la cara roja y las manos apoyadas sobre las rodillas, un desconocido la llama. Allí, en un banco a la sombra, se sienta un hombre con una chaqueta negra y un pequeño sombrero. Llegará un día en el que Gwendy sufra pesadillas con ese sombrero...


Soy una fan loca de Stephen King, al nivel de Annie Wilkes, y aunque no me he leído ni de lejos todos sus libros cada vez que sale uno nuevo voy como loca a por él. Este libro del que os hablo hoy lo compré en preventa, y aunque la fecha de lanzamiento oficial es hoy, me llegó ayer por la tarde y fue mi lectura durante la noche. 

La caja de botones de Gwendy es una historia corta que he disfrutado de principio a fin. Como ya he dicho en varias ocasiones, no soy muy fan de los relatos y novelas cortas porque considero que no me da tiempo de conocer bien los personajes y no llegas a meterte de lleno en la historia, pero en este caso no ha sido así para nada. Sí que opino que se podría sacar mucha más chicha de la idea porque es un relato que me ha gustado tanto que me ha dejado con ganas de más.

Gwendy es una niña que un día se encuentra con un desconocido (o el desconocido la encuentra a ella, quién sabe) que le regala una caja muy poderosa: una caja de botones (Pequeño paréntesis: así como curiosidad, yo me imaginaba que sería una caja de botones de mercería, pero no, es una caja con unos botones de los que se pulsan, para que lo sepáis). Esa caja es realmente poderosa y al pulsar los botones Gwendy puede conseguir absolutamente todo lo que quiera, aunque también podría suponer una gran maldición para el resto del mundo.

No quiero desvelaros mucho más porque al tratarse de una novela corta no quiero quedarle la gracia, pero lo que me ha parecido más interesante de la novela ha sido ver la evolución de Gwendy. Al recibir la caja es como si Gwendy estuviera bendecida, y vemos como esos cambios y su poder pueden hacer que cambie toda su vida. Aunque también he de decir que es una suerte que Gwendy sea una buena chica, habría que ver lo que otra persona podría llegar a hacer con esa caja en su poder.

Y bueno, como en todo buen libro de Stephen King, podemos disfrutar también de alguna parte macabra. He de decir que a pesar de ser un libro escrito a cuatro manos no lo he notado, creo que la esencia del rey del terror está muy marcada en este libro, sentimos que entramos en esa atmósfera a la que siempre consigue llevarnos.

Por último, me gustaría hacer referencia a su maravillosa edición. Es un libro más pequeño de lo normal, de tapa dura con sobrecubierta y tanto la portada como la contraportada me parecen preciosas. Además, en su interior también podemos encontrar unas ilustraciones maravillosas, que por supuesto son muy acordes con la novela y consiguen hacerte entrar un poco más en ella. En definitiva, me ha encantado el formato de este libro. 




martes, 6 de noviembre de 2018

Resumiendo...#OCTUBRE 2018

¡Buenas a todos!

Llevo días desaparecida, sí. Estoy en pleno bloqueo lector/bloguero. ¡Y odio que me pase esto!

Tengo muchas ganas de leer muchos libros pero cada vez que me pongo a ello me distraigo enseguida... es leer dos páginas y coger el móvil para buscar cualquier chorrada. Horror, lo sé.

Prácticamente he estado de bloqueo lector desde finales de septiembre, pero aun así he terminado 3 libros. También he leído la mitad de El Resplandor, que espero terminar pronto.
Parece ser que al final he cumplido el reto #LeoAutorasOct.


-El guardián de los objetos perdidos, Ruth Hogan (reseña aquí). Un libro bonito por dentro y por fuera, de esos para leer tranquilamente y disfrutar de sus personajes.
-El juego de la memoria, Felicia Yap. Es el libro que más me gustó en octubre, una distopía muy original mezclada con novela negra. Lo disfruté como una cría y pienso mucho en él por lo bien que me lo hizo pasar. Espero traeros la reseña pronto.
-La cazadora de cuerpos, Najat El Hachmi. Un libro raro donde los haya, la verdad es que no sé si me ha gustado o no, más bien me encuentro bastante neutra al respecto, aunque he de reconocer que la parte final me gustó bastante, creo que llegué a empatizar bastante con la protagonista y a entender sus actos.


De verdad que espero que noviembre vaya mucho, mucho mejor... aunque estamos a día 6 y práticamente no he leído nada (también he de decir que fue mi cumpleaños y he estado para aquí y para allá de celebraciones). Y madre mía, cuando veáis el Book Haul de octubre os va a dar un patatús.


¿A vosotros cómo os ha ido el mes?
¿Habéis leído alguno de estos libros?