Entonces preferiría estar perdida porque estar sola parece algo permanente, si estás perdido te pueden encontrar.
"¿Antes o después?" Fern: "Antes, la anticipación suele ser mejor que la cose que se espera". Ambrose: "Después. Si lo que se espera se hace bien, es mejor que la fantasía".
Es difícil aceptar el hecho de que nunca te van a querer como tu quieres.
Sin embargo, los sentimientos siempre salen a la superficie cuando piensas que ya han desaparecido para siempre.
-He llegado a pensar que la belleza frena el amor- dijo el padre de Fern, meditando.
-¿Por qué?
-Porque a veces nos enamoramos de un rostro y no de lo que se esconde tras él.
Los que no saben expresar su amor no aman.
Nuestras dudas son traidoras
y nos hacen perder el beneficio
por miedo de atrevernos.
Creo que pasa lo mismo con las personas. Cuando las miras de verdad, dejas de ver una nariz perfecta o unos dientes rectos. Dejas de ver las marcas de acné o el hoyuelo de la barbilla. Todos esos rasgos se difuminan, y entonces ves los colores, lo que se esconde en el interior, y la belleza adquiere un significado nuevo.
-¿Cómo has sabido que te necesitaba?
-Porque yo te necesitaba a ti.
Si no lo quisiera tanto, el dolor no sería tan intenso. Es irónico. La felicidad que sentía por conocerlo y quererlo se ha convertido en tristeza. No puedes tener la una sin la otra.
Se podía borrar a los amigos del corazón, pero eso implicaba que perdería la felicidad de haberlos querido y conocido, y de haber aprendido de ellos.
No tenemos respuesta para todas las preguntas, no sabemos todos los porqués. Pero creo que cuando al final de nuestras vidas miremos hacia atrás, si intentamos vivirla lo mejor posible, veremos que las cosas que le pedimos que nos quitara, que las cosas por las que lo maldecimos, todas aquellas cosas que nos han hecho darle la espalda a Él o a la fe, han sido las mayores bendiciones, las mayores oportunidades para crecer.
Este año me he sentido como uno de esos copos de nieve que hacíamos en la escuela. Aquellos que hacíamos doblando el papel de una manera concreta y luego cortábamos sin parar hasta que el papel se quedaba hecho trizas. Yo soy como uno de esos, un copo de nieve de papel. Y cada agujero tiene un nombre, y nadie, ni tú, ni yo, podemos rellenar los huecos que ha dejado otra persona. Lo único que podemos hacer es evitar que el otro caiga en uno de esos agujeros y nunca vuelva a salir.
Se necesitaban el uno al otro, pero lo más importante era que se merecían el uno al otro.
A veces, quedaban en un lugar a mitad de camino, se perdían juntos un par de días y disfrutaban de cada segundo, porque los segundos eran minutos, y los minutos eran muy valiosos cuando te podían robar la vida en un suspiro.
La belleza verdadera, aquella que no se desvanece ni desaparece, necesita tiempo. Necesita presión y necesita muchísimo aguante. Es como el lento goteo que crea una estalactita, el movimiento de la tierra que alza las montañas o el martilleo constante de las olas que esculpe las rocas y alisa los bordes escarpados. Y de la violencia, el ímpetu y la ira del viento, del rugido del agua, nace algo mejor, algo que sin estos factores no podría existir.
Y por eso resistimos. Creemos que todo tiene un porqué. Tenemos fe en cosas que no vemos y aprendemos con las pérdidas; encontramos fuerza en el amor y tenemos en nuestro interior una belleza tan extraordinaria que nuestros cuerpos no son capaces de contenerla.