Editorial HarperCollins
368 páginas, 18'90€
Todos conocemos a alguien como Thomas.
El vecino gruñón que se queja de tu comportamiento incívico en las reuniones de la comunidad de vecinos. El señor que te chista si tiene que esperar un minuto detrás de ti en la cola del supermercado. El compañero que manda un mail con copia a toda la empresa si por error acabas el último rollo de papel higiénico
Thomas está perfectamente satisfecho yendo siempre por su cuenta, alejándose de los demás y de sus problemas. Pero bajo esa fachada gruñona se esconden una historia y una tristeza que a todos nos resultan dolorosamente familiares. Y está a punto de encontrar una familia que cambiara su manera de ver las cosas
.
Un hombre que había dado el mundo por perdido. Una familia que le enseñará a vivir.El hombre que se fue a Marte porque quería estar solo es una historia irresistible y reconfortante sobre sobre amistades improbables y segundas oportunidades, perfecta para los lectores de Un hombre llamado Ove. Te hará reír, llorar
y reconciliarte con todos los cascarrabias que han pasado por tu vida.
Este libro me llamó la atención por su título tan original y al leer la sinopsis, aunque parezca algo raro, me sentí algo identificada con el protagonista: un hombre gruñón (sí, debo reconocer que a veces soy muy gruñona) y antisocial (eso lo soy siempre) que decide emprender un viaje a Marte para alejarse de toda la sociedad, aun sabiendo que nunca volverá de ese viaje.
La verdad es que tenía bastante miedo de que se tratara de un libro de humor, ya que como he dicho en otras ocasiones este género no es lo mío. Por suerte, el libro tienen sus momentos divertidos, pero no es ese tipo de humor absurdo que encontramos en los libros de Christian Moore, por ejemplo (con todos mis respetos hacia este escritor y a sus lectores, simplemente es que no disfruto con ese tipo de libros).
La chicha de este libro se encuentra en los personales, pues la historia en sí no es que tenga muchísima acción.
Por un lado tenemos a Tom, Major Tom, el cascarrabias del que se los habla en la sinopsis. La verdad es que es un personaje que me ha caído muy bien, no es que sea tan insoportable, simplemente no se está por tonterías y formalidades, dice las cosas como las piensa aunque arroye con su sinceridad.
Por otro lado tenemos a la familia Omerod. En esta familia conocemos a Gladys, la abuela, que empieza a tener demencia. También conocemos a James, el pequeño de la familia (creo recordar que tiene 10 años), un pequeño genio obsesionado con la ciencia. Y por último, está Ellie, una adolescente de 16 años que tiene 3 trabajos para poder mantener a su familia, ya que el padre de James y Ellie está en la cárcel.
El destino hace que Tom, que ya está de camino a Marte, y la familia Omerod acaben conociéndose telefónicamente por error y eso cambiará la vida de todos.
Como ya he dicho antes, es un libro que tiene sus momentos divertidos, pero también tiene momentos muy tiernos e incluso al final de la novela estuve a puntito de soltar alguna lagrimilla (no soy de llorar leyendo, así que tiene mucho mérito). Además, te hace reflexionar sobre bastantes temas. Por ejemplo, cuando entendemos el porqué de que Tom tenga el carácter que tiene nos damos cuenta de lo importantes que son las cosas que nos suceden desde pequeños, ya que nos marcan para toda la vida. Cuando leemos fragmentos en los que Gladys hace alguna locura los leemos con una media sonrisa, ya que aunque puedan parecer graciosos no podemos olvidar que los hace por su demencia, y es un problema real que sufren muchísimas personas. Y cuando vemos lo mucho que se esfuerza Ellie también nos hace pensar sobre lo injusta que es la vida para todos aquellos niños que deben ser adultos antes de hora.
En definitiva, es un libro bastante entretenido y sus personajes tienen mucha personalidad. A pesar de que no es el tipo de género que suelo leer me ha gustado bastante y si os gustan las "novelas de personajes" creo que puede ser vuestro libro.