Revival, Stephen King

Editorial Plaza y Janés

416 páginas, 23'90€

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Octubre de 1962. En una pequeña localidad de Nueva Inglaterra la sombra de un hombre se cierne sobre un niño que juega ensimismado con sus soldaditos. Cuando Jamie Morton levanta la vista, ve una figura imponente. Se trata de Charles Jacobs, el nuevo pastor, con quien pronto establecerá un estrecho vínculo basado en su fascinación por los experimentos con electricidad.

Varias décadas más tarde, Jamie ha caído en las drogas y lleva una vida nómada tocando la guitarra para diferentes bandas por bares de todo el país. Entonces vuelve a cruzarse con Jacobs -dedicado ahora al espectáculo y a crear deslumbrantes «retratos de luz»-, y este encuentro tendrá importantes consecuencias para ambos. Su vínculo se convertirá en un pacto más allá incluso del ideado por el Diablo, y Jamie descubrirá que «renacer» puede tener más de un significado.

Esta inquietante novela, que se extiende a lo largo de cinco décadas, muestra uno de los más terroríficos finales que Stephen King haya escrito jamás. Es una obra de arte del maestro de contar historias de nuestro tiempo, en la tradición de Hawthorne, Melville o Poe.

Stephen King es un autor por el que siento auténtica admiración, así que siempre que escribe un nuevo libro estoy ansiosa esperando la fecha de publicación. Hace un par de semanitas que salió a la venta Revival y yo me sentía como una niña en una noche de reyes, a pesar de que ya había leído algunas opiniones que decían que no es de sus mejores libros.

La historia gira alrededor de dos personajes: Jamie y el pastor Jacobs. Charles Jacobs es un joven con una bella esposa y un hijo encantador y es el nuevo pastor del pueblo en el que vive Jamie. A Charles le encanta la electricidad y sus pequeños inventos despiertan la curiosidad de los jóvenes, que empiezan a acudir más a la iglesia y a las actividades que organiza. 

Parece que todo va de maravilla en este pequeño pueblo de Maine pero ya sabéis que cuando menos lo esperamos ocurre un suceso que lo cambia todo. Este suceso hace que el pastor tenga que abandonar el pueblo, por lo que los caminos de Jamie y él se separan... o al menos de momento.

A partir de este momento perdemos a Charles Jacobs de vista y seguimos la vida de Jamie. Jamie, que deja de ser el niño que jugaba con los soldaditos de plomo y empieza a tocar la guitarra en un grupo, a salir con chicas y a tontear con las drogas. Vemos de una forma bastante progresiva la evolución de Jamie hasta que se convierte en un adulto adicto a las drogas y con un trabajo bastante inestable.

Es entonces cuando el destino decide volver a unir a Jamie y a Jacobs y este reencuentro les hará pasar cosas que jamás habrían imaginado.

La verdad es que no es una novela que destaque por su gran ritmo o por los giros argumentales. El inicio de la novela me ha gustado mucho, especialmente por los personajes, y el suceso inesperado que os comentaba es bastante trágico, muy típico de Stephen King. Aunque después de este momento, que es el que le da más vidilla a la historia, no pasan cosas demasiado relevantes durante gran parte de la novela. 

Lo que más me ha gustado de todo el libro ha sido ver como han cambiado los personajes. Por parte de Jamie vemos lo fácil que ha sido desviar su vida por el mal camino, de forma progresiva y con la inocencia de empezar a hacer algunas chiquilladas se introduce en el infierno de las drogas sin apenas darse cuenta. Y en cuanto a Jacobs... vemos como las circunstancias de la vida le han hecho cambiar su rumbo. Yo desde el principio he entendido su conducta y la verdad es que es un personaje que me ha gustado hasta el final. Quizá la intención era que fuera el malo de la historia pero a mí no me lo ha parecido.

En cuanto al final, no ha sido tan fuerte como esperaba... el problema han sido las expectativas, ya que tanto en la banda publicitaria como en algunas reseñas había leído que era de los finales más apoteósicos de King pero yo me esperaba algo mucho más impresionante.  

En definitiva, para mí tampoco ha sido de los mejores libros del autor pero aún así he disfrutado de su maravillosa forma de escribir y de conocer a unos personajes tan reales, a los que acompañamos y vemos crecer y cambiar durante cinco décadas.

Agradecimientos a Plaza y Janés por el ejemplar